PARQUE NATURAL LAS BATUECAS-SIERRA DE FRANCIA

Un clima suave, que se aproxima a una eterna primavera. Una lujuriosa vegetación, intensa, variada y aromática.
Aguas de plata, frescas y cristalinas, muchas fuentes y lugares impensables para el baño natural.
Zonas agrestes de naturaleza virgen, paisajes de ensueño, rica fauna:
¡¡ EL PARQUE NATURAL DE BATUECAS!!

Fecha de Declaración del Parque Natural: 11 de Julio de 2000
Otras Figuras de Protección: Reserva Regional de Caza (desde 1973); Refugio de Fauna de Arca y Buitrera (desde 1982); Zona de Especial Protección para las Aves (desde 1987); Lugar de Interés Comunitario (desde 1987)

Superficie: 31.801,91 ha.

Situado al sur de la provincia de Salamanca, el Parque Natural forma parte de las estribaciones occidentales de la Cordillera Central cinturón montañoso que cierra por el sur la gran meseta norte de la Península.
Se encuentra dentro de la comarca de la Sierra de Francia separada ésta de la Sierra de Béjar por la gran fosa del Alagón. Esta fosa se incluye parcialmente en el Parque Natural y es aprovechada por el río Alagón para posteriormente enriquecerse con las aguas de la Meseta del Duero y llevarlas al Tajo.
Gran parte de este extenso espacio no supera los 900 metros de altitud. Es la denominada ¨Sierra Baja¨. Los ríos Francia, Alagón y sus afluentes, con su potente acción erosiva labraron valles muy encajados causando los fuertes desniveles que hoy se aprecian en el paisaje y en el que se asientan numerosos pueblos tales como Miranda del Castañar, Cepeda, Madroñal, Herguijuela de la Sierra, Monforte de la Sierra, Mogarraz, Sotoserrano, Villanueva del Conde y San Martín del Castañar. Hay que considerar que algunos pueblos que forman parte de esta Sierra Baja, como por ejemplo Casas del Conde, Sequeros, Garcibuey y Valero no entran en los límites del Parque Natural.
Valle del Alagón se encuentra la altura mínima, en el término municipal de Sotoserrano el Alagón se encaja a unos 400m.
Al mismo tiempo existe un conjunto de núcleos: La Alberca, El Cabaco, El Maíllo, Monsagro, Serradilla del Arroyo, Nava de Francia o San Miguel de Robledo, ubicados a altitudes que rondan los 1000metros. Es la ¨Sierra Alta¨ donde el paisaje es menos irregular y quebrado, tan sólo interrumpido por algunas elevaciones de especial interés tales como la Sierra del Guindo y la Sierra de la Peña de Francia, localizadas al oeste cuya cuota más alta se encuentra en la cumbre de la Hastiala a 1735 m, seguida de la Peña de Francia a 1728 m.

Formando parte del extenso Parque Natural de las Batuecas-Sierra de Francia, el broche paisajístico reside en el Valle de las Batuecas vertebrado por el río de igual nombre y cuidado por si mismo en el olvido de los siglos, gracias a lo cual no ha perdido un ápice de su frescura original, lo que le sigue concediendo la autenticidad de un edén en el que la paz se hace compañera del canto de la creación que entonan, entre otras especies animales, las más de doscientos vertebrados que viven en los especiales microclimas del Parque, entre las que destaca la magnífica población de cabra montés.

El paraje de Batuecas, un profundo valle cercado por montañas en casi todo su contorno. Por el norte y el este la Sierra de la Alberca se eleva hasta casi los 1500 m. Por el sur y el oeste es la Sierra de las Mestas la que cierra el perímetro con cotas superiores a 1600 m. Entre ambas unidades discurre el río Batuecas.
Salva, en apenas 10 km, un desnivel de unos 800 m, desde su nacedero, en las faldas del Puerto de Monsagro, hasta su unión con el río Ladrillar en las Mestas, afluente a su vez del río Alagón.

Este sorprendente rincón ha sido utilizado desde el siglo XV por los monjes carmelitas como lugar de meditación, hecho que ha permitido, junto a la buena voluntad de los lugareños, un estado de conservación natural único

Su situación a caballo entre la meseta norte y la meseta sur hace que sus orientaciones definan un amplio abanico de formaciones vegetales. El valle del Alagón, que atraviesa el Parque, pone en contacto de una manera suave la meseta norte y la meseta sur, encontrándose formaciones del mediterráneo continental castellano y leonés y el clima más temperado de Extremadura.
En las cumbres más altas del Parque Natural la vegetación ha tenido que adaptarse a la crudeza del clima, dominando el piorno y el erizón. A menor altitud aparecen los bosques de rebollo —en cuyo sotosbosque crecen acebos, serbales y arce menor— y los castaños. En las zonas de robledal más frías, húmedas y orientadas al noroeste encontramos algunos abedulares. Es reseñable la presencia en el territorio de algunos robles de condiciones climáticas más húmedas, como el carballo (Quercus robur) o la famosa «Haya de Herguijuela de la Sierra», referida por multitud de autores como una de las más meridionales de la Península Ibérica. Al sur y descendiendo en altitud, empiezan a aparecer especies típicamente mediterráneas que dan paso a una de las formaciones más emblemáticas de este Espacio: el encinar.

Entre encinas retorcidas encontramos notables ejemplares de alcornoques, tejos, madroños, durillos, lentiscos, enebros y algún almez, confundidos entre la abundante cobertura que proporciona la jara pringosa. Dentro del Parque se encuentran también comunidades higroturbosas típicas del Sistema Central, en las que destacan la carnívora atrapamoscas o los «brezales de carroncha». Además aparecen grandes áreas cultivadas de árboles frutales, viñedos y olivares, entre los que destacan por su extensión los cultivos de cerezo, base económica de muchos pueblos de la Sierra. Como especie exclusiva del Parque Natural cabe destacar la Armeria salmantica, planta que forma pequeñas matas y crece únicamente en el entorno de la Peña de Francia.

Desde el punto de vista faunístico Batuecas presenta ciertas peculiaridades que resultan de elevado interés dentro del contexto de Castilla y León. La especie claramente más valiosa que habita estos parajes es el lince ibérico, endemismo ibérico en peligro de extinción, del que no existen más de 400 individuos en el mundo.

Entre las aves más emblemáticas hay que citar el buitre negro, buitre leonado, el águila imperial, el alimoche, el búho real o la cigüeña negra. En la espesura del monte mediterráneo encuentran cobijo y alimento numerosos mamíferos como el lince, el tejón, el jabalí, corzo, ciervo e, incluso, de forma esporádica el lobo. La cabra montés que saltó por estos riscos y canchales ha sido reintroducida con éxito y constituye una de las especies más características.

Además, el aislamiento de este sector del sistema central ha provocado la aparición de endemismos. Uno de ellos es un pez.: La colmilleja del Alagón, restringida a la cuenca de este río y la lagartija de la Peña de Francia, vertebrado exclusivo de esta sierra y recientemente descubierto.
De las 131 especies de aves, lo más destacable es la presencia de una colonia de buitre negro compuesta por unas 20 parejas e instalado en la zona denominada Arca y Buitrera, siendo peculiar la elección de viejos enebros para construir sus nidos. Reseñar también que esta zona es área nidificante de la cigüeña negra; el águila imperial es vista esporádicamente y ha aumentado la población de buitre leonado, sin olvidar otras especies habituales como el águila real, halcón peregrino, alimoche, búho real, aguilucho cenizo, cernícalo primilla, etc.

La variedad de hábitas presente permite la existencia de una apreciable diversidad de especies de reptiles, 19 concretamente, de las cuales tres son endemismos: lagarto verdinegro, lagartija serrana y lagartija de bocage. Por lo que se refiere a los anfibios, Las Batuecas se configura en un espacio propicio para ellos, se han catalogado aquí 13 especies, cuatro de ellas endemismos: tritón ibérico, sapo partero ibérico, rana patilarga y sapillo pintojo.
El elevado índice de autoctonía de los peces serranos refleja la gran riqueza de la ictiofauna. Truchas, barbos, bogas, cachos, bermejuelas y colmillejas, levantan pasiones entre los pescadores.

Varias son las singularidades geológicas y geomorfológicas que posee este Espacio, pues representa un sector de la Cordillera Central con alineaciones montañosas de dirección dominante NE-SW en función de las disposiciones que adquiere la red de fracturas y que incide también directamente en la estructura de la red fluvial.
Las grandes crestas se corresponden con los conjuntos ordovícico-silúricos, labradas sobre potentes bancos de cuarcitas. Destacar el número de sinclinales colgadas de gran tamaño y perfecto estado de conservación que destacan sobre los anticlinales (Sinclinal colgado de La Peña de Francia), sin olvidar el importante retoque periglaciar que ha dado lugar a canchales de gran extensión.

Topografía variada donde destacan las distintas tonalidades de color entre la vegetación perennifolia y caducifolia (robledales, alcornocales, castañares, coníferas, sotobosque de helechos, brezos, madroños, jaras, ...) y la roca desnuda de los canchales (Canchas de las Cabras Pintadas, Risco del Ciervo, Canchal del Zarzalón).

Posee grandes valores naturales, paisajísticos, flora y fauna. Merece subrayar la energía de La Peña de Francia, destacada en agudas crestas y cantiles de cuarcita hasta 1.723 m. sobre un sinclinal paleozoico. Hasta el siglo pasado, Las Batuecas y su entorno próximo, albergaban una de las faunas más ricas de la Península, allí se encontraban el oso, el lobo, el lince, la cabra montés, el ciervo y el jabalí, aparte de una rica avifauna, cigüeña negra, buitre negro, águila real.
En la actualidad muchas han desaparecido, pero aún quedan restos de otras que se pretenden preservar.

El Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (ICONA) ya desaparecido, realizó el inventario abierto de Espacios Naturales de Protección Especial, a finales de los años setenta, que recogía un gran número de paisajes sobresalientes, parajes naturales de gran belleza escénica, ecosistemas representativos por su poca degradación, reductos de flora o fauna, formaciones ecológicas de gran interés científico, y sitios y monumentos naturales de relevancia estética.

Uno de los espacios identificados y clasificados es, en la comarca de la Sierra de Francia, la Zona de Arca y Buitrera.
El LIC las Batuecas-Sierra de Francia integra, a partir de la normativa que regula la caza en Castilla y León, el terreno cinegético de la Reserva Regional de Caza de las Batuecas de 25.513 Has. (Antigua Reserva Nacional de Caza de las Batuecas) y el terreno no cinegético del Refugio Regional de Fauna del Arca y Buitrera, que ocupa las 1,251,87 Has del monte de Utilidad Pública nº 113 del término municipal de Sotoserrano
(anteriormente denominado Refugio Nacional de Caza de la Buitrera).

Por su parte, en el Refugio Regional de Fauna está prohibido permanentemente el ejercicio de la caza en virtud de la protección del buitre negro, del alimoche y del lince. Tan solo se puede autorizar a organismos oficiales o entidades públicas y privadas de carácter científico o educativo la realización de estudios o trabajos, así como, la visita de los mismos y la observación de las poblaciones faunísticas. El Refugio pretende la conservación y mejora de los hábitats, el estudio y observación de las poblaciones de animales y la protección de los lugares de cría o nidificación.

El Refugio Regional de Fauna incluye 1251,87 has. de paraje montañoso distribuido altitudinalmente entre los 420 m y los 1041 m que ocupa el extremo sur del Parque Natural, por debajo del río Alagón antes de hacer su entrada en la provincia de Cáceres, formando un triángulo entre este río, el río Cuerpo de Hombre al este y la sierra de Lagunilla al sur. Su prolongación occidental es la zona de la Hurdes. En su interior nacen arroyos como el Martinebrón, el Servón, el Robledo, etc.

Estas serranías se hallan cubiertas de una vegetación esclerófila mediterránea, donde los árboles dominantes son las encinas, alcornoques, enebros, madroños, etc. El monte bajo lo forman jaras, brezos y retamas. Existen repoblaciones de pinos y eucaliptos.
Entre los mamíferos destaca el lince. También puede verse con mayor o menor frecuencia, tejones, corzos, ciervos y jabalíes. Su importancia como área de nidificación de buitre negro y otras aves, quedó de manifiesto con su declaración como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) ya en 1987.
En esta zona se encuentra la ¨Buitrera¨, donde viven especies tan representativas como el águila real y los buitres negro y leonado. También se encuentra la zona del ¨Arca¨, paraje natural de gran belleza escénica, por donde circulan regatos de agua cristalina y donde se crían especies tan representativas como la cigüeña negra, que se halla en peligro de extinción.

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